miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS CAPULINES

Cómo están ustedes amigos del blog de Bibi Tips, les saluda cordialmente su servidora Bertha Avila PietraSanta, quien, en éste mes patrio, les hablará sobre los capulines, fruto autóctono de México de gran tradición histórica y enormes beneficios para nuestra salud. Esta fruta es la versión mexicana de la cereza, ambos pertenecen a la misma familia y tienen una gran presencia en nuestra cultura culinaria ya que por gozar de excelentes beneficios para la salud, como lo dije antes, esta fruta ha sido muy utilizada por milenios. Su nombre científico es Prunus Virginiana, conocido también como Cerezo de Virginia, capulín o capulin; éste árbol orgullosamente mexicano, tras la conquista, adoptó el nombre de capulín en castellano porque en nuestra lengua náhuatl se denomina capolcuahuitl.



El árbol del capulín crece en varias regiones de nuestro territorio, forman pequeños arbustos cuando son jóvenes, pero el árbol adulto alcanza un tamaño que va desde los 5m hasta los 12m. de altura y podemos ver sus bellos frutos rojos colgando en racimos. Cada fruto es de aproximadamente un centímetro de diámetro y su color varía de negro a rojizo. De sabor astringente, ligeramente ácido y dulce dependiendo de su madurez. Además, ofrece una importante cantidad de vitaminas, minerales y propiedades medicinales; antiguamente se realizaba un aguardiente con la fruta para la indigestión, que al igual combatía gripas y tenía efectos sedantes.
Una de las formas más tradicionales de consumirlo es el “capultamal” originario del Estado de México, que es un tamal dulce realizado casi en su mayoría con esta fruta, añadiendo mucha pulpa de capulín, un poco de azúcar y masa de maíz para darle forma.
En la actualidad se utiliza medicinalmente en forma de aguardiente para tratar enfermedades de los pulmones, o en jarabes para aliviar la tos, gripa y como diurético; también es utilizado como sedante, antiasmático, aromatizante, antiespasmódico y es muy eficiente para solventar problemas de indigestión; por otra parte, la corteza, ramos y hojas se utilizan para tratar diarrea, catarro y fiebre.

¡Mata Bacterias! Comer capulines ayudará a tu cuerpo a combatir bacterias, haciendo frente a todo tipo de intentos de infecciones que sean llevados a cabo dentro de tu cuerpo. Una gripe o una infección intestinal pueden ser combatidas y repudiadas por las defensas de tu organismo si éstas son activadas con un manojo de capulines durante el desayuno. Sinceramente el capulín es uno de los mejores frutos que existen para tal fin.

¡Salud del cerebro!!! Nuestros preciados capulines, entre otros elementos, contienen altas concentraciones de flavonoides, que son un coctel de sustancias diferentes, que están presentes en casi todas las plantas y frutas, pero el capulín en especial contiene más concentración de ellos. Los flavonoides nos protegen de enfermedades como la demencia senil, el Alzheimer y otras enfermedades  degenerativas,  estudios  recientes  han  demostrado  que  el  consumo  de
flavonoides ayudan significativamente al desarrollo y buen funcionamiento del cerebro.
Por otra parte, por ser ricos en vitamina “C”, es una fruta antioxidante muy efectiva para prevenir ciertos tipos de cáncer; gracias a su cualidad antioxidante, (ver artículo aquí) además de ayudar  a  las células a disminuir la inflamación, mejoran la elasticidad de las arterias y ayudan a combatir el envejecimiento a nivel celular.

¡Anti-Inflamatorio natural!!!  Excelente anti-inflamatorio natural con el que se puede contar en caso de que no queramos hacer uso de medicamentos químicos fabricados en laboratorios, y prefiramos una sanación natural. Comer capulín funciona.

¡Anti-Cáncer!!!  Sus antioxidantes naturales son los encargados de luchar contra los radicales libres, (ver aquí articulo sobreradicales libres) quienes son los máximos culpables de la aparición de cáncer y enfermedades degenerativas en nuestro organismo. Es de vital importancia consumir alimentos con propiedades anti-oxidantes como los capulines, para así dotar al cuerpo de defensas necesarias para poder defenderse de células cancerígenas.

Si se consume en demasía, es tóxico…
El capulín es una planta tóxica si se consume en exceso; contiene alcaloides tales como la amigdalina, isoamigdalina, prunasina, prolaurasina, prunicianina, y la enzima hidrolítica emusina. Son sobre todo las hojas, la corteza y las semillas las que contienen concentraciones relativamente elevadas de amigdalina y prunasina, que, al interaccionar con una enzima hidrolítica presente en la saliva, liberan ácido cianhídrico, iniciando así el proceso de envenenamiento. La concentración de amigdalinas es mayor en las hojas frescas que en las secas. El capulín es una planta de amplia distribución, sea silvestre o cultivado, en los climas templados y tropicales de México. Diferentes especies de capulines se emplean en la medicina tradicional, como parte de la sabiduría popular, generalmente, se emplean en forma exclusiva los frutos que no son tóxicos y se abstienen de comer las semillas. La preparación de tisanas con sus hojas tiene un uso menos frecuente; en este caso, los curanderos hacen hincapié en que el preparado no se debe consumir inmediatamente, es necesario dejarlo reposar hasta el día siguiente, lo que permite la disipación gradual del ácido cianhídrico para que sea liberado.

El fruto maduro es un comestible tradicional, se le come igualmente como golosina y en la preparación de dulces y licores completamente inocuos; los huesos nunca se usan, por su dureza y por el sabor desagradable de la semilla, esto hace casi imposible una contaminación de los productos comestibles con algún componente tóxico de las semillas, una mermelada de capulín contaminada con una sola semilla rota durante el cocimiento de preparación, desprende un fuerte sabor que impregna de manera desagradable la mermelada, lo mismo ocurre con los ates, licores e incluso los jarabes medicinales, esto es tan determinante que en más de 20 años de experiencia clínica en el Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales Tlahuilli no se ha conocido un sólo caso de intoxicación por capulín. También sus semillas son tostadas y procesadas para venderse como botanas, no ha habido muchos casos de intoxicación por semillas, ya que el tostado hace que se libere y queme el alcaloide, pero para prevenir, es mejor que no consuman éstas botanas, principalmente niños pequeños menores de 6 años de edad.

En Morelos, Hidalgo y en el Estado de México se usa el capulín en arreglos y amuletos para protegerse del mal. Esta tradición es prehispánica; para éste propósito se forma un manojo con ajos, cogollos de capulín, de durazno, jarilla y aguacate, que se coloca en el lugar donde se guarda el dinero, como la cartera, monedero o dentro de un cajón. También se usa para realizar limpias agregando un manojo de plumas de chupamirto moradas, rojas y azules. Cuando el caso no es muy grave, el manojo se pasa por todo el cuerpo del paciente sin quitarse la ropa, en caso contrario, las hierbas se tienen que desmenuzar y restregar directamente sobre el cuerpo, para dejar la piel impregnada con la savia.

En casos de diarrea y dolor abdominal se cuecen la raíces, corteza y hojas del capulín con miel de abeja a punto de jarabe y se toma cada seis horas. Otra forma de prepararlo es hirviendo a fuego lento el fruto y las hojas con suficiente azúcar hasta que espese, se deja enfriar, ya colado se le agrega limón, un poco de tequila y se administra tres veces al día.

En Sonora, se ocupa la corteza y las hojas en caso de diarrea, catarro, nubes en los ojos y fiebres periódicas.

También se reporta útil para tratar otras afecciones respiratorias, además de aljorra (enfermedad dermatológica propia de los recién nacidos y lactantes, caracterizada por la presencia de granos o salpullido en la cara y en el cuerpo), disentería e insomnio. En Hidalgo y en el Estado de México, se usa para aliviar a los enfermos de empacho.

Un poco de Historia

En el siglo XVI, Martín de la Cruz lo señala como efectivo antiprurítico para la dermatosis y dispepsia. El Códice Florentino, menciona su uso para los ojos irritados. Francisco Hernández, en el mismo siglo lo indica como tónico sedante, “mediante el cocimiento de la corteza se cura a los disentéricos, el polvo de la misma disuelve las nubes en los ojos, aclara la vista, alivia las inflamaciones de los ojos y suaviza la lengua reseca por exceso de calor".

A finales del siglo XIX, la Sociedad Mexicana de Historia Natural la indica como antipalúdico. Datos en Materia Médica Mexicana la refieren para aliviar la disentería, nubes de los ojos y curar las inflamaciones; al igual que lo reportan como antidiarreico y antipalúdico. Para el siglo XX, Alfonso Herrera comenta: es sedativo y narcótico. Posteriormente, Maximino Martínez describe los usos siguientes: antidiarreico, antidisentérico, antiespasmódico, antipalúdico, contra neumonía, refrescante, y para enfermedades del sistema respiratorio y visión borrosa. Luis Cabrera señala que cura abscesos, es antiblenorrágico y antiespasmódico, además de producir arritmias y tener propiedades analgésicas. Finalmente, la Sociedad Farmacéutica de México cita los usos siguientes; tónico antidiarreico, antipalúdico, astringente, eupéptico, antigastritis atónica, sedante cardiaco, sedante de la circulación, sedante en catarros bronquiales y laríngeos.

Las hojas contienen aceite esencial, grasa sólida, resina ácida, amigdalina, ácido tánico y principios pécticos. La corteza contiene un aceite esencial, resina, taninos, ácido gálico, y por destilación, se obtiene ácido cianhídrico.

En la Farmacopea Mexicana de 1896, se indica la aplicación de la corteza en infusión a la dosis de 4g en 500ml de agua como antidisentérica, y a la dosis de 1 a 2g/500 ml de agua como antipirética.

Principios activos.
En diversas partes de la planta se encuentra un glucósido cianogénico (la amigdalina), principal responsable de la toxicidad de esta planta. Éste alcaloide se encuentra en grandes concentraciones en las semillas, hojas y corteza.

Toxicidad.
Las hojas de la planta, al ser ingeridas por el ganado vacuno, han provocado una serie de síntomas de intoxicación que en ocasiones han llevado a la muerte a los animales, los que presentan dificultad en la respiración, dilatación de las pupilas, pérdida de la conciencia, convulsiones y parálisis total, antes de la muerte. También se han reportado intoxicaciones en humanos provocadas por esta planta. Los síntomas más frecuentes que manifiestan los sujetos que la han ingerido, pueden ser dificultad en la respiración, espasmos, coma y muerte repentina. Se considera que esta planta, la especie más peligrosa del género Prunus, es tan tóxica, que con una cantidad menor de una libra de follaje puede llegar a ser fatal si es ingerida por los animales y el hombre. Los niños suelen intoxicarse con ella al ingerir las semillas. El consumo de plantas de cereza negra (Prunus serótina) realizado por ganado porcino, coincide con una alta incidencia de malformaciones en cerdos.

¡Hasta aquí con los Bibi Tips del día de hoy, espero que les haya gustado éste artículo y felices fiestas!!!! ¡Viva México!!!!!

4 comentarios:

  1. rayos y yo de pequeña solía comer muchos capulines y hasta la semila dentro del hueso :(

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  2. Qué pasa si comemos los huesos qué consecuencias tiene nuestro cuerpo al consumir los huesos y excederse de capulines qué cantidad debemos de comer al día

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  3. estan confundiendo las cosas.. la foto muestra una foto del capulín pero de la selva baja caducofilia llamdo PUAM,, mencionan que tiene hueso pero no, no tiene, tiene cientos de pequeñas semillas que se consumen sin problema.. recuerden que en México le llaman capulin a el de la foto y a otro que aprece mas un arándano morado

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  4. parte de su información es incorrecta, la foto es un capulín (Guntingia calabura), pero la descripción es un cerezo negro (Prunus serotina)

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