Como sabemos, la materia está formada por un conjunto de millones de átomos de la misma especie. Existen dos tipos de materia, orgánica (de seres vivos) e inorgánica (material sin vida).
Los elementos químicos como el carbono, hidrógeno, oxigeno, etc., se unen para formar moléculas que según su especie se dividen en biomoléculas (de origen orgánico viviente, tales como azúcares, grasas, proteínas, etc.) y moléculas inorgánicas como por ejemplo el agua y las sales. La magia comienza cuando las moléculas orgánicas y las inorgánicas se agrupan para dar origen a la célula. De esta maravilla de la naturaleza se desprende que los seres vivos multicelulares estamos formados por átomos (más de 80 elementos de la tabla periódica existen dentro de nuestro organismo).
Para un mejor entendimiento, rápidamente te explicaré como están constituidos los átomos. Los átomos están constituidos por iones de cargas negativas, positivas y neutras. La naturaleza siempre balancea todo, como puedes ver en el esquema de la izquierda, el átomo tiene igual número de protones (iones de carga positiva) y electrones (iones de carga negativa) los neutrones al no tener carga, balancean la ecuación. Tanto los protones como los neutrones se encuentran protegidos dentro del núcleo del átomo. Los iones de carga negativa o electrones por estar girando alrededor del átomo sin protección, son vulnerables a ser secuestrados por otros átomos, dando lugar a los radicales libres. Los radicales libres son átomos inestables a los que les falta un electrón (ion). Los átomos pierden iones de carga negativa conocidos como electrones por efectos de oxidación, a su vez provocada por toxinas como los químicos que contienen todos los alimentos procesados, los químicos que contienen los productos de belleza que nos son naturales, la contaminación ambiental, el humo del cigarro, los pesticidas, el alcohol, la exposición continua al sol, etc.
Cuando un átomo pierde un electrón, se convierte en un radical libre dañino a nuestra salud ya que enloquece y recorre todo nuestro cuerpo intentando robar, de átomos sanos y estables, el electrón que le falta. Cuando por fin lo consigue, convierte al despojado en radical libre, mismo que intentará recuperar el electrón que le falta de otros átomos de su alrededor, y así sucesivamente. De esta forma se inicia una reacción en cadena que daña e incluso destruye nuestras células. Son varios los efectos malignos que los radicales libres nos provocan, como la aparición de cáncer, trastornos cardiacos, fallas en nuestro sistema nervioso central, problemas del sistema inmunológico, leucemia, artritis, problemas de visión como cataratas, envejecimiento prematuro y muchos otros males más.
¿Cómo actúan los radicales libres?
Debido al proceso de oxidación promovido por el oxígeno, los radicales libres dañan las células de nuestro cuerpo en una especie de reacción en cadena que sólo puede ser frenada por los antioxidantes. Como ejemplo ilustrativo, piensa en el proceso de oxidación que sufre un metal: sucede poco a poco, destruyéndolo todo a su paso.
Los radicales libres pueden atacar diversas partes de una célula, incluso al ADN. Cuando lo ataca, no hay forma de generar una célula de reemplazo, y por esta razón nuestro cuerpo se deteriora y envejecemos.
Efectos de los radicales libres
Las funciones celulares producen radicales libres, que suelen estar controlados por los antioxidantes. El problema surge cuando, gracias a la contaminación y a los químicos dañinos, nos vemos afectados por grandes cantidades de radicales libres y no suficientes antioxidantes que nos ayuden a neutralizarlos. El cuerpo generalmente no está preparado para contraatacar, por lo que podemos llegar a padecer enfermedades crónicas como el cáncer, corazón, Alzheimer, artritis en todos sus tipos, glaucoma y enfermedad de Parkinson entre otros males.
Por otra parte, un exceso de radicales libres en la piel y cabello, debido al uso y abuso de cremas, shampoos, pantallas y protectores solares elaborados a base de petrolatos, (les recomiendo leer mi artículo sobre petrolatos en la sección de SUSTANCIAS PELIGROSAS QUE SEGURO USAS A DIARIO SIN SABERLO), pueden provocar un envejecimiento prematuro, esto se debe a que los radicales libres deterioran la elasticidad de la piel y el soporte de la misma. En el peor de los casos, los radicales libres nos pueden enfermar de gravedad. En la ilustración se aprecia cómo los antioxidantes brindan al radical libre el electrón que le falta para sanarlo. Cuando esto ocurre, tenemos en el cuerpo un radical libre menos.
¿Cómo evitar los radicales libres?
La principal forma de evitar los radicales libres, ahora que sabemos el daño que producen, es la alimentación y evitar el uso de productos de belleza cuyas formulaciones contengan químicos. Consumir alimentos con alto contenido de antioxidantes, permite que estos aporten a todos los radicales libres el ion que les falta. Debemos comer frutas y verduras, beber suficiente agua, respirar aire puro y tener buenos hábitos de salud e higiene para contrarrestar el desarrollo de radicales libres, que de hecho no podemos eliminar pero sí frenar. En otra ocasión te daré una extensa lista de los alimentos antioxidantes que debes consumir.
No debemos olvidarnos de que los radicales libres son parte de un proceso normal del cuerpo, sin embargo, determinadas actitudes saludables evitarán que estos radicales libres extra deterioren con rápidez nuestro cuerpo.
Como siempre fue un placer entablar éste diálogo contigo, espero tus comentarios y estoy a tus órdenes para cualquier duda o inquietud. Lindo día.
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